Me asaltó el tiempo. Así me preguntó, y entonces la respuesta obvia e inmediata fue respondida al instante.
Entonces caí en cuenta que justo en éste instante mi vida es el cien por ciento. Si mañana no existo, los que me sucedan harán un balance de lo que tuve y lo que no, lo que hice y lo que no, lo que fui y lo que no.
Dentro del departamento de lo que tuve, no hay parámetros reales para indicar en qué nivel y status socioeconómico me ubiqué. Si en mi país de origen nunca pasé de clase media alta, si en el adoptivo viví siempre en la baja y posiblemente unos cuantos años como clase media baja. Pero eso sí, comparado con la mayoría de los países del mundo, definitivamente como clase extremadamente alta.
Menciono esto de las calificaciones sociales porque desafortunadamente, he vivido en lugares en donde un alto porcentaje de la población está influenciada por las cosas materiales y la necesidad de contar con ellas: la casa más grande, el carro de lujo, la laptop o tableta de moda, el bolso de marca, etc. etc.
De todas esas cosas, nunca tuve algo cercano a esos extremos, aunque de alguna forma siento que si hubiera querido y realmente me hubiera enfocado a conseguir todo eso, muy probablemente lo hubiera conseguido.
Lo que fui y lo que no de alguna manera está muy ligado a mis genes, orígenes, educación adquirida, cultura, ambiente y todo lo que afectó mi crecimiento. De eso no puedo cambiar mucho, así que lo que fui y lo que hasta éste instante de cien por ciento de vida soy, hará que se me recuerde con esa esencia. Simple y llanamente, mi personalidad es producto de todo eso.
Lo que hice y lo que no preferiría cambiarlo por como lo alcanzado y lo que no. En mi caso, mucho de lo logrado es inversamente proporcional a lo que no tuve en cuestiones materiales. Explico esto a continuación:
De nada me sirve el Lamborghini si por tenerlo, no tengo a quién llevar a la primaria. O la laptop de lujo si no cuento con alguien a quien observar en su pantalla mientras platicamos, o la mansión en la montaña si vivo en el hospital.
Si hubiera conseguido algo o mucho de eso, es probable que no tuviese la salud con la que cuento, no me hubieras conocido, nunca hubiera corrido un maratón, o escrito un libro, o cursado una maestría, o tenido los hijos que tengo, y todos esos logros que trocamos por lo que creemos que queremos tener.
Cuando el tiempo me asaltó, de inmediato supe que lo poco o mucho que he logrado en este cien por ciento de mi vida vale muchísimo más que todas las cosas materiales que el millonario número uno del mundo puede que haya tenido y tenga.
Así que, ahora que he tachado un renglón más de mi lista de cosas por hacer, y más que nunca, no me interesa ya tener por tener. Ser por ser ya está definido. Lo que me resta es preferible: lograr por lograr.
¿El dinero o la vida?
¿Quieres tener más u optas por alcanzar más?
¿Qué legado le dejas a los que vienen detrás?
Oh, realmente es algo que no nos ponemos a pensar… aunque las personas que no somos materialistas y que nos vale un soberano comino la marca de la ropa que usamos o el año del auto que manejamos, sí tenemos esta clase de valores, por lo tanto y en empatía contigo me siento sumamente millonaria, sobre todo por los tres grandes tesoros que Dios me dió. Aunque esté mermando un poco la salud de uno de ellos….aún así estoy inmensamente agradecida con la vida. FELICIDADES MILLONARIO!!!!! =)