Confesión, cuarta y última parte

(Continuación de Confesión, tercera parte)

Noté que algunas personas, principalmente aquellas cercanas a mí ya sea física o virtualmente, habían sospechado lo que estaba sucediendo, sobre todo recientemente, por mis varias actividades y nuevas relaciones. Podría haber sido antes de ahora que lo hubiera soltado para que todos supieran, pero la vida me ha lanzado algunas curvas y he tenido que poner parte del proyecto a un lado por meses. Hay todavía mucho por hacer en la segunda fase, pero ya la comencé también.

Sucede que al principio en aquel día en que corriendo me llegaron los recuerdos y las ideas, lo que realmente se abrió paso entre los otros para enfrentarme, y que en ese momento se presentaba como el amor de mi vida, en realidad era mucho más que eso y además algo distinto. Era una pasión y un objetivo más en mi lista de cosas por hacer antes de morir; la cual se quedó congelada por años debido a las circunstancias y los derroteros por los que la vida me llevó.

Cuando regresé a casa poco después ese mismo día y estuve solo,  que saqué ese paquete que había guardado por años, lo que llamó mi atención por sobre todo lo demás era una pequeña libreta que ahora tiene más de treinta años. El papel está ya amarillo ocre, el abrirla y hojearla para ojearla provoca estornudos del tan fino polvo de papel que se desprende. La calidad de la caligrafía es una que indica precisamente que una persona de quince años comenzó a escribir un cuento o novela a toda prisa, misma que quedó sin concluir muy probablemente porque el escritor tuvo que comenzar a enfocarse a la sobrevivencia más que a hacer realidad sus sueños.

Ese día que corriendo recuerdo haber pensado “desearía poder hacerlo” y todo lo demás que expresé después, en realidad era algo más como “desearía poder escribirlo”. Para después suspirar “sí que quisiera escribirlo”. Para en cuestión de minutos decir “debo escribirlo”, concluyendo con un grito a todo pulmón: “¡Voy a escribirlo!”

Entonces,  sin más preámbulo, aquí está: aun no sé como presentar el primero, o como envolverlo o qué hacer exactamente en términos de comercialización, promoción, distribución, formatos y todas esas tecnicidades; pero el hecho es que llegó para quedarse. Todo esto significa que lo que viene es cuestión de madurar la relación. Puedes leer todo al respecto en la liga debajo de los siguientes dos párrafos.

La parte complicada ahora en estas presentaciones necesita comenzar a suceder; ya estoy conectado con agentes editoriales, editores, compañeros escritores y mucha gente de la industria editorial. También tengo registrada mi propiedad intelectual en el Writers Guild of Canada. Es precisamente por ello que por los cuatro años anteriores he estado en los programas de escritores de la University of British Columbia, la Surrey International Writers Conference, y la Feria Internacional del Libro de Guadalajara cada vez que puedo.

Para la primera novela es solo cuestión de tiempo que podrás ponerle los ojos encima, se paciente por favor. Las siguientes podrían tomar un par de años cada una, es cuestión de balancear vida y trabajo.

http://www.hectorcuriel.com/inicio.htm

Esa es mi confesión.

Ahora es seguro que entiendes mi comportamiento últimamente… ñaca, ñaca.

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Escritorcito
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3 respuestas a Confesión, cuarta y última parte

  1. Miguel González dijo:

    ¡Muchas felicidades y enhorabuena! Que todo sea un éxito y quedamos en espera de la edición impresa, ya que estamos echos a la antigüita; pero que conste que de cualquier forma leeremos la edición digital.

  2. Miguel González dijo:

    Perdón por la falta de la «H» (upss).

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