Dijo Mario Vargas Llosa en enero del 2010 que la guerra del gobierno contra el narco estaba perdida aun antes de iniciada. (El Otro Estado. Piedra de Toque http://www.elpais.com/articulo/opinion/Estado/elpepiopi/20100110elpepiopi_11/Tes )
Sugiere Mark Kleiman que pudiese el gobierno mexicano adoptar algunas de las medidas exitosas que han aplicado los gobiernos de Colombia y Brasil en contra de narcos y pandillas. (When Brute Force Fails: How to Have Less Crime and Less Punishment. http://www.amazon.com/When-Brute-Force-Fails-Punishment/dp/0691148643/ref=sr_1_1?ie=UTF8&s=books&qid=1296592089&sr=1-1 )
Asegura Eduardo Guerrero Gutiérrez que el gobierno ha cometido varios errores que hay que rectificar. (Cómo reducir la violencia en México http://www.nexos.com.mx/?P=leerarticulo&Article=1197808 )
Nosotros mismos apuntamos al gobierno como causantes de tanta violencia, desamparo y dolor: y tenemos toda la razón, ya que el gobierno somos nosotros.
Lo que nadie se atreve a decir, ni intelectuales ni nosotros, es que el terreno de juego ha estado intacto desde hace muchos años y que dicho terreno de juego puede ser cambiado a nuestro antojo.
La solución en México, la de largo plazo, es la educación. La inmediata es la comunicación. Tenemos que reconocer que cada uno de los integrantes de dichos carteles y pandillas son, primero que todo, seres humanos. Segundo, mexicanos; y tercero y principalmente miembros de la sociedad. Algunos de nosotros conocemos a alguien que integra dichos grupos delictivos. Si no es así, entonces probablemente conozcamos a alguien que si conoce a alguno de ellos, tal vez no directamente, pero si a través de familiares, amigos y vecinos.
¿Nos avergüenza confesarlo? ¿Nos da pena de alguna forma estar ligados en parentesco o amistad a esas personas? ¿No lo aceptamos como si fuese una irrealidad? ¿Volteamos a otro lado cuando sabemos que nuestro conocido, un funcionario público, está ligado a dichas acciones? ¿Si nos atrevemos a acercarnos a ellos para hacer algo, tememos al rechazo social? ¿A algún tipo de represalia por parte de los mismos?
¿Qué estás esperando para cambiar el terreno de juego? ¿Hasta cuándo vas a hacer algo al respecto?
¿Hasta que más corporaciones, intelectuales, artistas y emprendedores abandonen el país, dejándolo más jodido?
¿Hasta que los cascos azules, o peor aún, la armada de estados unidos intervenga, imponiendo sus condiciones?
¿Hasta que la extorsión rebase los comercios, y llegue a la puerta de tu casa?
¿Hasta que estés incapacitado y tu familia tenga que empujarte en silla de ruedas o cargarte o bañarte o alimentarte, o todo esto?
¿Hasta que asistas al funeral de tus hijos?
Ve y encara a esos hermanos que cayeron en el anzuelo de los capos. Diles lo que sientes. Platícales los temores de y por tus padres y hermanos, hazles ver lo que los niños de la escuela creen, muéstrales que hay otro camino que los demás hemos elegido y seguido; que es más difícil, sí, pero que también ofrece recompensas.
Si no te atreves a verles frente a frente escríbeles una carta. Platica con tus familiares, cercanos y lejanos, y también con tus amistades a éste respecto, por lo menos utiliza los medios electrónicos de comunicación, veras que más de alguna persona si actuará.
Una vez platicado el asunto, sin presiones, como se charla con un amigo; obséquiale un libro, un balón, un disco, un juego de pintura, lo que sea que puedas. Hazle ver que no solo su familia se preocupa por él y lo aprecia como ser humano; y manifiéstale que tienes fe en que él conciba que el rumbo puede ser cambiado, que cuenta contigo.
Lo peor que podemos hacer es lo que hemos estado haciendo desde hace muchos años: ser espectadores pasivos en un juego que absolutamente nadie ganará.
¿O qué? ¿Tampoco esta vez harás caso? ¿Hasta que pase qué?
¿Seguirás impávido ante el espectáculo al cual hemos propiciado el terreno?
Irán nos mostró el año pasado lo que el pueblo puede hacer utilizado celulares, faxes y medios como Twitter y Facebook. Túnez y Egipto nos ponen la muestra de lo que un país puede lograr mediante éstos medios también, y principalmente uniéndose como pueblo contra los males que unos cuantos “poderosos” imponen.
¿Es México (sí, nosotros) menos capaz de utilizar un poco de ingenio, algo de tiempo para elaborar un mensaje y hacerles ver la luz a esos hermanos en la adversidad?
Diles lo que sientes.