Últimamente, he escogido platicar con gente mayor que tu servidor. La experiencia es las más de las veces gratificante.

Empero, he hablado con algunas personas que acaban de jubilarse, están cerca de pensionarse, o están a punto de hacerlo en cuestión de unos cuantos años. Con tan mucho tacto como es posible, les pregunto qué planes tienen ahora; qué hacen con tanto tiempo libre, si ya lograron algunos sueños y cuantas metas les falta tachar de la lista.

No sé como expresar lo que siento por la mayoría de sus respuestas. Solo unos cuantos tienen una idea clara de lo que están haciendo y hacia donde van, pero la gran mayoría parece perdida.

A veces reaccionan a la pregunta con una larga pausa, como si sorprendidos por algo semejante a esto: estando enfrente del tren en la estación, despidiendo a alguien que está a bordo, y escuchando la última llamada para abordar, verle moverse a medida que gana velocidad, y entonces cuando el largo tren se hace diminuto en el horizonte, dándose cuenta de pronto que debieron haberlo tomado.

Increíblemente, algunos responden diciendo que su meta es terminar de pagar la hipoteca. Le dedicaron y dedican todos sus recursos a hacer sólo eso. Cuando por fin termina de lograr tal “meta”, se dan cuenta que ya están viejos. Dejaron la vida pasar, ningún sueño personal de tiempo atrás ha sido alcanzado, y es ahora muy tarde para intentar.

Algunos me dicen que viajarán alrededor del mundo… hoy que tienen alrededor de sesenta, y algunos mucho más viejos que eso. Me pregunto: “¿viajar o ser llevado?” más obvio no lo expreso. Lo que quiero decir es, y con todo respeto, ¿qué tanto puedes hacer, en cuestiones de movilidad, cuando estás tan viejo? ¿Pagar a una compañía para que te lleve a lugares, te alimente, te muestre lo que ya ha sido convenientemente pre-arreglado por intereses comerciales y darte algún tipo de recuerdito para que le presumas a los amigos?

¡Ay! ¿Es eso vivir? ¿Pagar la hipoteca? Como si fuéramos a irnos adornados con una casa, un carrazo, o la última y más grandiosa pantalla a la que un ser humano pueda ponerle los ojos encima.

Yo digo: comienza a vivir ya, antes que sea tarde.

Sueños son metas.