El Árbitro

Asistiendo a seminarios virtuales y eventos similares acerca de Medios Sociales y la forma en que todos aprovechamos las últimas tecnologías, noté que hay algo que sobresale una y otra vez: lo que publicamos y principalmente la forma en que lo publicamos dice mucho acerca de quienes somos y lo que representamos.

La mayoría de los expositores de Medios Sociales creen que su audiencia se enfoca a establecer o a hacer crecer sus negocios y marcas en la Web, utilizando las herramientas más actuales. Por lo tanto, dan consejo sobre las mejore prácticas y las últimas tendencias y características para lograr precisamente eso.

Sin embrago, para el resto de nosotros, no hay muchos consejos que quieran o puedan proporcionar porque es su negocio esencialmente enfocarse a los negocios.

Si estás estableciendo tu presencia en la Web usando herramientas de Medios Sociales, ten en mente que tus prospectos y clientela existente probablemente entiende muy bien lo que publicas; después de todo tus bienes y servicios no les son ajenos. Publica todo lo que quieras con tanta libertad como si absolutamente nadie leyera sobre tu hombro lo que estás escribiendo o diciendo como argumento de venta. Hazlo tan libremente como si nadie fuera a leerlo jamás, y eso garantizará un flujo de ideas que de seguro transmitirán un gran mensaje. Siempre podrás volver al mismo para editarlo y hacerlo lucir aun mejor.

 

Opuestamente, si lo único que haces es conversar con amigos y familiares, el lenguaje que usas, las imágenes que subes y todo lo que será público, establecen tu identidad. Esas publicaciones también forman la percepción de lo que la gente alrededor tiene de ti. Todos ellos, no solo los contactos de primer grado.

Regla de oro: antes de compartir algo que consideres ofensivo o fuera de lugar, piénsalo dos veces. Si crees que puede ofender a alguien, es muy probable que hará justo eso.

Incluso si tu amiga ha publicado una imagen o comentario divertido, pero el mismo incluye a gente en específico que sabes resultará afectada, es más seguro simplemente dejarlo como está y en donde está. No le muevas.

Entra el árbitro: éste o esta puede ser alguien que te importe y cuya edad esté entre los ocho y quince años. Imagina que ésta persona está escuchando o leyendo absolutamente todo  lo que estás diciendo y publicando. Si el árbitro levanta la ceja a algo que pretendes publicar, de seguro no es una buena idea hacerlo. Siempre hay un lugar y tiempo para cada cosa; dejar que absolutamente todos sepan acerca de ciertos comentarios o imágenes, no es apropiado.

Como con ciertas manifestaciones públicas en el mundo real, el hecho es que hacer algo que no es ilegal no lo hace ser correcto, o moralmente aceptable.

No necesitas una advertencia del mediador cada vez que cometes una falta, ¿o si?

 

Escoge tu árbitro.

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Escritorcito
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