Te invito a mi funeral
Ya está muy cerca la fecha
Habrá tequila y mezcal
Y también mucha cerveza
Sí, así dirá la invitación para que todos vengan.
Si solo les dijera que ya voy a morirme, nadie haría caso.
Pero así, con alcohol de por medio, es más probable que se presente un buen porcentaje de familia, amigos, conocidos, y hasta gorrones que ni siquiera saben quién soy. O quién fui.
No decido qué música han de tocar en el velorio. El mariachi escandaliza mucho, el rock, ni se diga. Y las piezas de música clásica que a mí me gustan, de seguro ponen más tristes a los espectadores. Porque eso serán: asistentes a un espectáculo morboso para algunos y cómico para otros. Sobre todo, si es que la obstinada y stultissimi familia de mi esposa insiste en que no se lleve a cabo mi deseo de vestirme no con traje, sino con mis pantalones de manta blancos, cinturón bordado, camisa rosa de algodón, y huaraches abiertos. Así, así nada más, sin calzones ni calcetines.
Eso sí, con mi reloj Casio que tantos años le ha durado la batería.
Lo que no he decidido aún es lo que ha de decir mi lápida porque no quiero que me sepulten, sino que me cremen. Pero, por las razones indicadas en el párrafo anterior, es seguro que con su ad extremis fanatismo religioso también querrán que se me entierre: “…al cabo que ya está muerto, tú. Ni modo que resucite pa’ decirnos que quiere pira. No le aunque que los escuincles también sepan que quería ser achicharrado. Les exponemos, si es que preguntan, y ya. ¿Edá? Ansina mesmo le hacemos.”
Le indiqué a mi albacea en dónde dejaría un sobre cerrado en mi cuchitril en caso de que ella perdiera el que yo le entregué, conteniendo copia fiel de mis últimos deseos, suponiendo que ella sí pueda enfrentar las hordas de mi familia putativa, y hacer valer mis palabras escritas, so pena de enfrentar la ley. Aunque no sé si ese tipo de cosas sean incluidas en los muchos y gruesos y empolvados tomos leguleyos que nunca nadie toca.
Además, puesto que fue la más barata que encontré y ya le pagué, es capaz de que decide nada hacer. Sobre todo, porque mi herencia hacia mis dos pobres hijos consiste en muebles pasados de moda y un buen número de libros de los clásicos, o sea, aquellos que ya nadie lee. El dinero no les alcanzará ni para comprar una computadora Apple.
Incluyo también a Camila en esa herencia. Pues la señora que de vez en vez me acecha y alcanza en la calle para pedirme dinero amenazando que, si no le doy, va a contarle a todo mundo que hace dieciocho años en las fiestas de San Pedro ella y yo nos embriagamos y acostamos, siendo fruto de tan apasionada, agradable y vergonzosa noche, Camila. Por eso.
Esto, a pesar de mis protestas argumentando que no la recuerdo a ella, ni a haber estado briago hace dieciocho años, y ni siquiera a haber acudido a las tales fiestas patronales. En fin, no pide mucho, y nada me cuesta darle lo que me gastaría en cuatro o cinco Grande Matcha Latte Frappuccinos del estarbux.
Mmh… Tal vez sea necesario también incluir comida en la inviteishion, de preferencia picante, pues aquellos que no toman ¿cómo le hago para que suelten la lágrima?
Algo así como:
También habrá gran taquiza
Buche, tripa, y longaniza
Y al pastor, vegetarianos
Para los buenos veganos
Por lo anterior también se me ocurre que debo contratar plañideras, aunque todavía no sé dónde buscarlas, siento que serán necesarias. Porque si acaso me llora alguien va a ser o porque ya está bien borrascas o porque alguna vez me prestó dinero y nunca me acordé de pagarle.
O quizá lagrimee o hasta solloce una del único par de admiradoras que siempre me coqueteaban y lanzaban indirectas para ver si les daba cabida en mi corazón. O en mi cama.
Lo que ellas no saben, por más que yo les regresaba las indirectas, según yo muy sutilmente, es que mi corazón está hecho pedazos. No podría albergar ni a una abejita.
¿Y en tu cama?
Esperaba que nadie preguntara, pero bueno, ahí te va: hace tantos años que no tengo relaciones con el género opuesto (sí, ni con ella) que mis músculos pélvicos se sienten tan tiesos que parecería un robot oxidado, además de que dudo que mi tímido y pequeño órgano sexual tenga memoria de cómo se hace eso, yo creo que su sueño es tan profundo que quizá su funeral debió haber sido mucho antes que éste que viene.
Ayer acudí a las oficinas del registro civil para pedir me expidieran un certificado de defunción postpuesto, pero el encargado del departamento se negó redondamente. Bien curioso, quien me atendió en ventanilla se apellidaba Obeso, y estaba más escuálido que mi pierna izquierda; y su supervisor, Delgado, es seguro que pesaba más de 150 kilos. Por eso es por lo que no se negó rotundamente, sino redondamente.
Por más que insistí y le di fechas y todo, dijo que no se puede expedir dicho documento sino hasta que el forense declare que la persona ha dejado de respirar. Bien raro que todo el tiempo ambos me veían con los ojos bien abiertotes.
Regresando al tema principal de este cuasi monólogo: lo que me tiene piense y piense es mi epitafio. Sé que algunas personas también piden que la nota diga algo breve y positivo del interfecto, pero no se me ocurre qué decir de mí mismo que no suene exagerado, no tengo algo que resalte por sobre los demás: mencionar alguno de mis muchos logros artísticos por encima de los atléticos o académicos no me convence, tampoco el hacer énfasis en lo excelente padre que he sido, principalmente para Camila, a pesar de nunca haberla visto.
O que diga algo así como “Aquí yace el único doctor en zoología lumbricoide… ” pero no sé como continuaría, o acaso mejor mencionar que mi nombre estuvo en la lista de candidatos al premio Nobel de física cuántica, en la envidiable posición 891.
O quizá mejor sea algo sencillito que nada mencione sobre logros, sino más bien lo recibido: “Amado por propios y extraños…” algo así, aunque eso sería mentir.
Tal vez tenga que plagiar uno de algún desconocido…
Ya que decida si incluyo la taquiza o no, la invitación deberá tener dos últimas líneas:
R.S.V.P.
y
Se aceptan sugerencias para el epitafio: __________________________________________________________________________________
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